miércoles, 6 de enero de 2010

BICENTENARIO


¿Estaba escrito, acaso, en los Códices Mayas y en sus anuncios del fin del mundo? ¿Lo habrá presagiado el vidente Nostradamus? No sé, pero créanme, esto recién comienza y promete ser superior a cualquier pandemia, pues acaba de aparecer en el léxico del chileno una nueva palabra que amenaza seriamente con destronar el chilenismo “huevón”. Se trata de la palabra BICENTENARIO, el término que escucharemos majaderamente durante todo el año 2010 y que tendrá tan variados significados y aplicaciones como la palabra “huevón”, porque todo dependerá de la persona y el contexto en que sea utilizado.

Así es, en nuestro Chile (país de escritores, poetas y blogeros) la palabrita tuvo ya su estreno nacional exactamente a las 00:00:01 horas del primer día del… “Bicentenario”. Obvio… Y de ahí no paró más la resignificación de hechos cotidianos asociados al “Bicentenario”: ¿A quién le dio el primer abrazo del…“Bicentenario”? ¿Quién fue el primer hijo (a) del… “Bicentenario”? ¿Quién fue el primer preso del… “Bicentenario”? ¿A quién dio el primer beso del… “Bicentenario”? y ¿Cuántos compitieron esa noche por tener su primera relación sexual del…“Bicentenario”?... y no pare de contar. Es más, ¡éste es el primer artículo para mi blog “Cuentos con Historia” del… “Bicentenario”!.

La palabra BICENTENARIO será el “maná bíblico” para cuanto publicista emprendedor y para los miles de gestores culturales que crean proyectos en el ámbito estatal. Claro, las categorías de aplicación de la palabra aseguran que habrá vinos, canciones, poleras estampadas, desodorantes, nombres de mascotas y un cuanto hay que usarán la palabra “Bicentenario”.

Por ejemplo, en política se hablará del “Primer Presidente del Bicentenario” y días después de asumir el mando de la nación, la opinión pública se estará lamentando, con toda seguridad, de “la primera gran embarrada del Presidente del Bicentenario”. En cultura artística, ya se nos viene el “Primer Festival de Viña del Mar del Bicentenario”. En deporte, la gente ya hace apuestas sobre “quién ganará el torneo de apertura del Bicentenario”. En el plano del amor, la novedad estará en conocer el “primer divorcio del Bicentenario”, el “primer matrimonio del Bicentenario” o “quién será la persona que se transforme en nuestro primer romance del Bicentenario”. Y para qué decir sobre la expectación de Padres y Apoderados esperanzados en que su hijo o hija obtenga su “primer 7 del Bicentenario”. En fin, las “categorías Bicentenario” darán para mucho.

Pero, atención. ¿Estamos conmemorando el Bicentenario de qué?

Recordemos que la Independencia de América tuvo como factor muy relevante, la última fase de la Revolución Francesa. Esta causa externa tuvo por protagonista a un joven militar llamado Napoleón Bonaparte que, en su afán imperialista de conquistar toda Europa, invade España en 1808 y hace prisionero al Rey Fernando VII (Entrevista de Bayona, junio 6 de 1808). Éste acontecimiento volvió la mirada sobre los principios jurídicos que unían España a nuestro continente. Al respecto se concluyó, que las Indias Occidentales (América española) eran un patrimonio de la Corona de Castilla, es decir, del Rey de España y no del pueblo español -esto de acuerdo al acta de la Bula Intercaetera de 1493-, por lo tanto, constituía una entidad político-territorial autónoma de España, siendo el Rey el único nexo con América.

Entonces, el problema jurídico de gobernabilidad fue: una vez cautivo el Rey, ¿Quién gobernaba España? ¿Quién gobernaba América?
El problema se solucionó aplicando uno de los ideales políticos del Movimiento de la Ilustración del siglo XVIII: la Soberanía Popular. Éste principio, vigente hasta hoy, implica que “la fuente del poder político es el pueblo y es éste el que delega su poder en los gobernantes que elige soberanamente”.

En Historia de las Instituciones Políticas y Sociales de Chile, el historiador Jaime Eyzaguirre menciona que el Consejo de Regencia español, reunido en la ciudad-puerto de Cádiz, notifica en 1810 a las colonias americanas: “vuestro destino ya no dependen ni de los ministros ni de los virreyes ni de los gobernadores: está en vuestras manos”.

A partir de éste comunicado, en América, se van a conformar Juntas Nacionales de Gobierno, que administrarán los territorios de la Corona española “mientras el Rey legítimo esté cautivo”. En el caso de Chile, esto ocurrió el 18 de septiembre de 1810 y es esta fecha la que pretende conmemorar el “Bicentenario”.

Lo que vino después es ya conocido. La Independencia de Chile se gesta gracias al genio político-militar de José Miguel Carrera (1810-1814) y tras el nefasto período de la Reconquista española (1814-1817) aparecerá la influencia de la masonería (mediante la Logia Lautarina), encarnada en figuras emblemáticas como José de San Martín y Bernardo O’higgins… En 1818 Chile proclamó su Independencia de España.
* Este artículo también se ha publicado en Diario Electrónico Los Andes Online, Diario La Voz, Revista Electrónica Viva Los Andes.
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